Últimamente se habla mucho de “la importancia del déficit calórico” para perder peso. Sin embargo, reducir la pérdida de peso a esto es demasiado simplista.

El déficit calórico es un estado del organismo en el que se ingieren menos calorías de las que se gastan. En principio podría pensarse que esto puede conducir a una pérdida de peso. Sin embargo, lo cierto es que nuestro organismo va a tratar de evitar entrar en déficit calórico a toda costa y lo hará creando adaptaciones metabólicas para compensar la falta de energía.

El metabolismo es “eso que pasa mientras tus células trabajan cuando parece que no haces nada”. Funciona las 24 horas del día los 7 días a la semana, y supone el mayor gasto energético del organismo (50-70%).

Antes de optar por la pérdida de grasa (que es un tesoro para el organismo pues, además de reserva de energía tiene muchísimas otras funciones fundamentales), el organismo recurrirá a aumentar o disminuir una serie de funciones o parámetros corporales:

Aumentará:

  • la sensación de hambre aumentando los niveles circulantes de grelina (hormona que te avisa del hambre) y disminuyendo los de leptina (hormona que te avisa de la saciedad)
  • el cortisol en sangre. El cortisol es una hormona que avisa al cuerpo de que se está viviendo una situación de alarma (en este caso, por falta de energía), y lo estimula a ponerse en acción para “buscar comida”.
  • la eficacia de las mitocondrias de las células. Las mitocondrias son los orgánulos de las células encargados de extraer la energía de los nutrientes.

Disminuirá:

  • la Tasa Metabólica Basal. La TMB es la cantidad mínima de energía que necesita tu cuerpo para sobrevivir realizando las funciones básicas (respirar, bombear la sangre, filtrarla, regular la temperatura corporal, etc.). Por lo tanto sacrificará el ritmo normal de ciertas funciones con tal de evitar pérdidas.
  • la actividad de la glándula tiroides (pequeña glándula ubicada en el cuello que produce hormonas cuya función es controlar la forma en que el cuerpo utiliza la energía)
  • el AEE (gasto energético relacionado con la actividad total)
  • la masa muscular: tratará de utilizar todos los recursos que puedan aportar energía (en este caso la proteína del músculo) para evitar perder sus depósitos (reserva) de grasa.
  • la testosterona. La testosterona es una hormona anabolizante que facilita la ganancia de masa muscular, entre otras funciones.
  • la síntesis de genes encargados de la lipogénesis (proceso de formación de triglicéridos o grasas de reserva) 

En resumen, el organismo va a tratar de gastar lo menos posible.

    • Funcionará a un ritmo más lento (las funciones vitales se llevarán a cabo más despacio) y gastará menos energía haciendo lo mismo (además de que tendremos menos ganas de hacer cosas)
    • Utilizará la masa muscular para obtener energía a partir de ella y evitará la formación de nueva masa muscular aunque se esté realizando ejercicio físico intenso.
    • Se evitará crear más reserva de grasa.

Como os contábamos en nuestro artículo anterior en el que hablábamos de las calorías, restringir calorías significa restringir energía. Buscar el déficit calórico a través de la dieta (reduciendo de manera importante la cantidad de comida o consumiendo alimentos bajos en calorías) o del ejercicio físico (aumentando mucho el gasto calórico sin atender a los requerimientos) es una trampa que te puede costar muy cara, pues entre otras cosas te puede conducir a aquello que tratas de evitar.

Elegir alimentos bajos en calorías es elegir tener baja energía

En la pérdida de peso influyen muchísimos factores, y más todavía en el mantenimiento o no de esa pérdida en el tiempo, y no sólo la alimentación y el ejercicio físico, como se tiende a pensar. Entre otros, se encontrarían los siguientes:

  • composición corporal (relacionada con nuestro metabolismo)
  • microbiota,
  • nuestra alimentación desde que nacimos (incluso antes, muy influyente, la de nuestra madre en el embarazo)
  • emociones y la relación que mantenemos con la comida,
  • dietas realizadas a lo largo de nuestra vida
  • patrón de sueño y estilo de vida en general
  • factores hormonales y/o metabólicos

Extraído en parte y adaptado de: https://www.instagram.com/p/CRg-wF5LJfq/?utm_source=ig_web_copy_link. Gracias a @nosequecenar por su estupendo post

CRISTINA GARCÍA TÉBAR – Dietista de Nutriemoción

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