Tras un periodo festivo o vacacional en el que se ha comido más, mucha gente tiene la idea de que hace falta compensar los excesos. Cuidado, las recomendaciones no van por ahí.
Finalizan las Navidades y saltan las alarmas “¡Ahora toca compensar los excesos!”. Ojo! No todas las personas lo dicen porque lo piensan. Muchas lo dicen porque es el tópico, pero no le dan tanta importancia o ni se lo plantean. Otras sí, lo dicen porque lo piensan, y algunas hasta lo llevan a un extremo preocupante.
¿Quién no ha comido más de lo habitual en Navidad?
Lo raro sería lo contrario ¿verdad? Que alguien no se haya salido en ningún momento de sus hábitos alimentarios… ¿a qué se puede deber? Se me ocurren pocos motivos “justificados” aparte del hecho de estar enfermo, sufrir una situación económica preocupante, o de no querer celebrar la Navidad. Estar en sobrepeso u obesidad, si no hay ninguna alteración en la salud, no tiene por qué implicar evitar comer algo más de lo habitual puntualmente.
Incluso aunque hayamos pasados solos estos días festivos, o en petit comité, es fácil que nos apetezca prepararnos algo diferente. Este “algo diferente” es frecuente que se traduzca en comer más de lo habitual pero esto no tiene por que ser un exceso.
¿Por qué es fácil que se acabe comiendo más en Navidad?
- Tradición: celebramos en entorno a la mesa (Cena de Nochebuena y Nochevieja, Comida de Navidad y Año Nuevo). Cuando invitamos nos gusta ser generosos.
- Alimentos propios de estas fechas (dulces navideños). Apetece probarlos ya que durante otras épocas del año no están.
- Cestas o cajas de navidad. Mucha comida en casa, y comida especial, que apetece probar
- Clima: hace frío y pasamos mas tiempo en casa, donde tenemos más comida, y comida rica, de lo habitual
- Reencuentro con familiares y amigos, generalmente en casa o en cafeterías y restaurante, porque hace frío.
- Publicidad: constantes reclamos para consumir y beber, desde bien pronto (Octubre o Noviembre)
¿Habré engordado en Navidad?
En esta cultura de la dieta promovida desde todos los medios de comunicación, la preocupación por el peso llega a angustiar realmente a mucha parte de la población.
Hay estudios que hablan de un aumento de unos 2-3kg de peso de media en la población durante estas fechas. ¿Qué implica esto? ¿Es preocupante? ¿Qué medidas ha de llevar a cabo la persona? Estamos convencidos de que cuanto menos importancia se le dé a este dato, mejor van a ir las cosas (y eso no significa que uno no deba de hacer un consumo consciente de comida), “recuerda que lo que comes entre Año Nuevo y Navidad es más importante que lo que comes entre Navidad y Año Nuevo”
¿Debemos cuidarnos también en Navidad? Por supuesto, pero esto no significa no probar el turrón, saltar nos comidas antes o después de una celebración.
¿Compensar los excesos es necesario?
Ponerse a dieta tras las Navidades o machacarse en el gimnasio tampoco es cuidarse. Esta conducta predispone a caer en el mismo exceso el próximo año. También puede hacerte entrar en un bucle peligroso de descontrol – restricción que en muchos casos puede suponer el inicio de un TCA (trastorno de la conducta alimentaria).
La mayoría de las veces, lo que pasa en Navidad es que hemos comido más de lo habitual, pero no se dan excesos. Pero incluso en el caso de que se hubiera llegado al exceso, la solución tampoco esta en compensar, sino es replantearse la forma de comer y reaprender.
¿Qué se recomienda entonces?
Volver a las rutinas alimentarias saludables y si no se tenían, pedir ayuda..
Muchos profesionales de la alimentación y nutrición, nos pasamos el año intentando promover buenos hábitos alimentarios, intentando que cale el mensaje de: plato saludable + ideas culinarias + herramientas para gestionar el hambre emocional + comer consciente + flexibilidad. Con esta fórmula hemos ayudado a mucha gente, y nos encanta hacerlo.
Compensar los excesos no es la solución. La solución es aprender a comer, para no caer en excesos.
CRISTINA GARCÍA TÉBAR. Dietista de Nutriemoción.