El verano es un periodo en el que aumentan los casos de intoxicación alimentaria y  hay que tener cuidado en su elección y en su cuidado higiénico para no aumentar su aparición.

Una intoxicación alimentaria hace referencia a un compuesto tóxico presente en un alimento, y no siempre está claro que el causante del problema de salud sea una toxina o sustancia tóxica.

Muchas veces cuando se habla de intoxicación alimentaria en realidad se trata de una infección, es decir, un problema de salud causado por la ingesta en los alimentos de un microrganismo (bacteria, virus…) que en principio no ha producido toxinas y una vez dentro del organismo se reproduce y puede producirlas.

En termino generales se suele hablar de toxiinfección alimentaria tanto si se trata de una intoxicación alimentaria como de una infección ya que generalmente cuando se produce no tenemos claro el causante de estos síntomas.

¿Y porque aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria en verano?

Las principales causas de la intoxicación alimentaria son:

¿Qué alimentos deberemos vigilar? 

  • Alimentos preparados con huevos crudos. Debemos evitarse las salsa que lleven huevo, y si se trata de salsa comercial, una vez abierto el envase, debemos consumirlas en un espació breve de tiempo porque podría contaminarse.
  • Pescados y mariscos. Debemos tener especial cuidado con los moluscos de concha porque son los que más concentran las bacterias. Cuanto más frescos estén menos posibilidad de contaminación. Hay que tener precaución con los pescados crudos, y congelarlos antes de su consumo para prevenir la infección por anisakis.
  • Ensaladas variadas a base de vegetales crudos, pasta, queso y embutidos. Es importante prepararlas en el momento antes de consumir, no dejarlas preparadas con mucha antelación.
  • Los gazpachos. No se pueden someter a ningún tipo de tratamiento por calor, igual que las ensaladas. Por tanto, debemos tener cuidado en cómo lo tratamos (temperatura, tiempo preparado, dónde lo guardamos…). Siempre las tendremos que guardar en la nevera.
  • Helados, batidos, horchata y granizados. Su consumo aumenta de forma considerable en esta época del año, por lo que puede haber cierta relajación en su producción. Los helados al estar congelados son muy sensibles a las fluctuaciones de temperatura y a las contaminación cruzadas (que las bacterias pasen de un alimento contaminado a otro).

¿Cómo podemos evitar entonces las intoxicaciones alimentarias? 

Para prevenir al máximo sufrir una intoxicación alimentaria, debemos de tener mucho cuidado con la higiene a la hora de tratar los alimentos:

  • Lavarse las manos antes de cocinar.
  • Lavar no solo los alimentos, sino que también es importante lavar debidamente los utensilios con los que lo cocinamos (cuchillos, tablas…) ya que pueden haber contaminaciones cruzadas.
  • Conservar los alimentos en la nevera.
  • Cocinar los alimentos por encima de 60ºC. Es de las mejores precauciones ya que por encima de estas temperaturas podemos hacer desaparecer la mayoría de microorganismo patógenos (que son los que nos producen enfermedades).
  • No romper la cadena de frío de los alimentos. Mantener, conservar y transportar los alimentos a temperaturas estable.

Síntomas de una intoxicación alimentaria

En la mayoría de los casos aparecen en las pocas horas o días de la ingesta del alimento contaminado, dependerá del germen implicado.

Los principales síntomas de la intoxicación alimentaria son los dolores abdominales, hinchazón, nauseas y vómitos, diarrea, fiebre y dolores de cabeza. Aunque puede que no se den todos e incluso pueden aparecer otros.

Es importante que si se sospecha que sufres algún síntoma acudas al médico con el fin de no deshidratarte.

Desirée Hernández Benavent

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