A pesar de que las dietas , tal y como las conocemos actualmente, existen desde hace décadas, lo cierto es que la obesidad es cada vez más frecuente entre la población. ¿Qué está pasando? Los adultos inician dietas que finalmente abandonan y a continuación sufren el efecto rebote. Desgraciadamente también adolescentes y niños son sometidos a dietas por desconocimiento de los graves riesgos que ello conlleva. ¿Por qué las dietas no funcionan a largo plazo, y pueden hacer tanto daño?

La palabra dieta procede el termino griego “diaita“. En la antigua Grecia se usaba para referirse a un estilo de vida saludable, en el que no sólo contaba la alimentación sino también el ejercicio físico, el descanso, la higiene, sin descuidar “los asuntos del alma” . En la actualidad, a pesar de que se entiende como el conjunto de sustancias que regularmente se ingieren como alimento, en el lenguaje coloquial está asociada a régimen, alimentación enfocada a la pérdida de peso, con connotaciones de restricción o privación y en la mayoría de los casos resultados rápidos y espectaculares.

Sin embargo, las dietas restrictivas están abocadas al fracaso.

“La industria del adelgazamiento es el único negocio rentable del mundo con una tasa de fracaso del 98%” (Eating Desorder Foundation)

La mayoría de las dietas restrictivas (aquellas que limitan alimentos o grupos de alimentos, y raciones de comida) están llenas de normas o reglas alimentarias (“lo prohibido” y “lo permitido”, “lo bueno” y “lo malo”, “lo que deberías” y “lo que no deberías”). Las reglas alimentarias te impiden sincronizarte, escuchar y confiar en tu cuerpo (por ejemplo: “pasta prohibida por la noche”⌚️, “dulces sólo los fines de semana”📆, “después de las 7 de la tarde no se come”🤐, etc.). ¿Durante cuanto tiempo uno puede mantener estas pautas tan rígidas y comer condicionado por el miedo?

Al ser restrictivas y rígidas, las dietas no funcionan a largo plazo. El principal motivo es que la adherencia a ellas es muy baja,  por lo que se acaban abandonando sin haber aprendido a comer bien de una manera sostenible en el tiempo por lo que generalmente se vuelve a lo “malos hábitos” previos. Y la baja adherencia es debido a:

  • Aparece ansiedad por los alimentos que restringen, y llega un día en que se rompe con la dieta al sentir que no se está disfrutando.
  • Algunas son muy repetitivas, o las personas no tienen tiempo ni dinero para hacer nuevas recetas con otros ingredientes permitidos, por lo que finalmente, cansan.
  • La persona tiende a aislarse, ya que las reuniones sociales y familiares van ligadas a la comida, y esto no se puede sostener por mucho tiempo
  • El consumo de alimentos “no permitidos” suele ir acompañado de culpa, a lo que le sigue un sentimiento de incapacidad cuando la persona ve que no puede seguirla “como debería”. Luego además llega la frustración cuando se abandona volviendo al estatus anterior.
  • Cansancio, apatía, irritabilidad debido a la pérdida rápida de peso que hace que la persona se sienta con poca energía y abandone.
  • No sanan la relación con la comida. El problema de muchísima gente con sobrepeso que inicia una dieta es que convive con emociones complicadas de manejar y finalmente encuentra en la comida distracción, alivio e incluso anestesia. Una dieta no enseña a distinguir hambre real/emocional. Llega un momento en que el comer emocional reaparece. La dieta funciona mientras la persona está muy decidida y motivada, pero esto tiene poca trayectoria.
  • El peso llega un momento que se estanca. Los primeros kilos suelen perderse rápidamente, pero el organismo frente a una restricción mantenida se pone en modo ahorro de energía (se reduce la tasa metabólica basal) y tiende a ahorrar más que gastar.
  • Efecto halo: la persona tiene la sensación de que se está cuidando y acaba descuidando otros hábitos saludables como el ejercicio, el descanso… y antes o después termina por no encontrarse bien.
  • Pueden generar pérdidas muy rápidas de peso, con consecuencias físicas importantes, que hacen que se imponga una alimentación completa y suficiente. Aunque el motivo estético es muy importante para muchas personas, no todas están dispuestas a sacrificar su salud
  • El coste de muchas de ellas suele ser elevado, por que aparte de las visitas de seguimiento, exigen el consumo de determinados productos (infusiones, batidos…)

En Nutriemoción desaconsejamos las dietas y apostamos por la reeducación alimentaria, los hábitos de vida saludables y el respeto y la aceptación de nuestro cuerpo en cada momento.

CRISTINA GARCÍA TÉBAR. Dietista de Nutriemoción.

 

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