Las dietas estrictas también afectan a la persona a nivel emocional y social.
“¡La dieta me estaba funcionando! Perdía peso muy rápido y me sentía fenomenal. Los demás también se daban cuenta, y me lo decían. A pesar de los esfuerzos por reducir mi comida, y no probar muchas de las cosas que más me gustaban… sin duda merecía la pena.
Pero esto no duró mucho tiempo, en realidad.
Empecé a encontrarme cansada, decaída, sin ganas de nada.
Comencé a aburrirme de comer siempre lo mismo, echaba de menos hasta la fruta, que me la tenían limitada. Algún día me daba un permiso para comerme algo prohibido pero siempre me pasaba… y acababa sintiéndome culpable.
Un día en un cumpleaños me pasé de verdad, y decidí pasar de la dieta. No puedo, no tengo fuerza de voluntad.“
Este texto ficticio podría ser el testimonio de muchas personas que han intentado alguna vez ponerse a dieta. Las dietas que dan grandes y rápidos resultados suelen ser muy restrictivas, y se vuelven aburridas y duras de mantener, por lo que, antes o después, la persona acaba volviendo a los hábitos alimentarios previos.
Aunque muchas de estas dietas dan permiso para que un día a la semana, generalmente el fin de semana, rompas con ella y te dés “un premio” (por ejemplo, con el famoso cheatmeal), la mayoría prohíben directamente una serie de alimentos. Otras veces es la propia persona la que se autolimita y evita la reuniones sociales por miedo a comer de más y “fastidiarla”.
¿Qué sienten las personas que llevan cierto tiempo haciendo una dieta muy restrictiva?
- Apatía, pérdida de interés por las relaciones sociales y por las actividades con las que antes disfrutaba. Suele deberse a la falta de energía, y a la pérdida de motivación debido a la dificultad cada vez mayor para hacer frente a los esfuerzos por mantener la pérdida de peso.
- Aislamiento, se utiliza como mecanismo de defensa para evitar la tentación de comer ciertos alimentos o “pasarse” en reuniones sociales.
- Falta de concentración, debido también a la falta de energía
- Ansiedad por comer y pensamientos obsesivos en torno a la comida, lo que se puede traducir en aparición de picadas, descontroles, atracones. Esto, como es de esperar, suele conducir a una recuperación del peso anterior, si no es más. La sensación de culpabilidad que se deriva de estas conductas hace que la persona, en el mejor de los casos, abandone definitivamente, con una gran sensación de frustración. Si no abandona la dieta, ésta acaba volviéndose más estricta y se entra en un bucle muy peligroso. En cualquier caso, existe un riesgo importante de acabar sufriendo un trastorno de la conducta alimentaria
- Irritabilidad.
- Tendencia al llanto, al pesimismo
En general, es complicado perder mucho peso en un corto periodo de tiempo sin renunciar a una vida social activa, por lo que la salida que algunas personas encuentran es hacer una dieta estricta durante 6 de los 7 días de la semana.
Pero los cambios radicales no resultan en cambios mantenidos. Mejorar los hábitos alimentarios sin caer en la rigidez, y consolidar ese cambio, es la recomendación.
Estamos muy acostumbrados a ver gente pasar por nuestra consulta que han peregrinado por mucha dietas cuyo éxito ha sido efímero. Otras personas no lo vuelven a intentar porque atribuyen el fracaso a ellas mismas, cuando esto no es así.
Aprender a comer bien incluso cuando se come fuera y con gente es parte de los objetivos que trabajamos en Nutriemoción, de manera que se haga compatible con la vida social.
Como resumen de esta serie de post dedicados a las dietas estrictas que hemos escrito en las últimas semanas, os dejamos lo siguiente:
- si necesitas perder peso céntrate en la mejora de tu estilo de vida y de alimentación, y no en la báscula. Y no tengas prisa,
- la pérdida de peso es buena si es de grasa.
- las pérdidas muy rápidas de peso conllevan déficits y otros efectos sobre la salud física, entre los que se encuentran la recuperación del peso inicial o mayor.
- las pérdidas muy rápidas de peso afectan a las relaciones y la vida social de las personas
¿Cuáles serían los puntos clave para conseguir un peso saludable?
- Huye de las dietas. Apuntate a comer mejor
- Come en respuesta a la sensación tu hambre y evita el comer emocional
- Incorpora la actividad física en tu vida.
- Pide ayuda profesional si no puedes con ello.