Comer de bocadillo, incluso de vez en cuando u ocasionalmente, no siempre ha tenido buena prensa, especialmente entre la población más afín a las dietas. Pero ¿realmente es tan malo como lo pintan?

Se considera comer mal,  e incluso que engorda. Mucha gente lo considera una buena opción para los niños, pues saben que es una alternativa saludable a la bollería en los almuerzos y meriendas. En cambio, no lo concibe en un adulto para estas ingestas entre horas y mucho menos para comer o cenar.

Sin embargo, a la mayoría de la gente nos gusta comer de bocadillo de vez en cuando, porque está rico, porque nos saca de un apuro o porque es informal y nos permite adaptarnos a cualquier circunstancia que lo requiera o que surja, muchas veces en un contexto ameno y desenfadado.

 

  • ¿POR QUÉ HAY GENTE QUE SIENTE QUE SE COME DE BOCADILLO NO LO ESTÁ HACIENDO BIEN?

Cuando una persona, frente a la posibilidad o al hecho de comer bocadillo, se siente incómoda e insegura, la mayoría de las veces es debido al pan, y en otras ocasiones por el contenido, especialmente cuando se trata  de fiambres, embutidos, carnes grasas, salsas, tortillas de patatas…

Con respecto al pan, suele ser porque se considera un alimento no saludable. Esto ese un mito que viene de tiempo atrás y que se ha visto acrecentado por cierta “carbofobia” en las últimas décadas entre la población.

El pan es un alimento saludable, como cualquier otro del gurpo de los farináceos, que contiene alto porcentaje carbohidratos (arroz, pasta, patata, avena). Entre 45-60% de la energía que obtenemos a través de los alimentos ha de proceder de los carbohidratos, para un correcto funcionamiento de nuestro organismo.

Un bocadillo del tamaño de un tercio de una barra de pan es equivalente, en cuanto a la fracción de carbohidrato, a un plato de arroz o pasta de un tamaño estándar. Tengamos en cuenta que “el relleno” del bocadillo suele ser de menor cantidad que lo que acompaña a cualquier plato en lo que a proteína y verdura se refiere. Por lo que es posible que incluso un bocadillo del tamaño mencionado puede ser insuficiente para muchas personas, y convendría acompañarlo de algo más, o incluso hacerlo más grande (por ejemplo media barra “de cuarto”, la clásica, la de 250g), según el caso.

Con respecto al tipo “relleno”. Hay mil formas de hacer bocadillos con ingredientes de todo tipo, la calidad de los ingredientes la decidimos nosotros.

También hay personas que no les gusta comer de bocadillo porque se sienten incómodas especialmente en compañía, ya que supone comer con las manos, o por que suele ensuciar más que comer con cubiertos.

  • ¿CUAL ES EL MEJOR BOCADILLO?

Mucha gente no pregunta si es saludable comer de bocadillo.

Sería incorrecto responder con un “sí” o con un “no” sin antes preguntarnos ¿Con qué frecuencia? y ¿de qué tipo de bocadillo estamos hablando? ¿Para quién?  y ¿A qué nivel? Para responder a las 2 últimas preguntas o remitimos a este post que escribimos hace unas semanas.

Respecto a las 2 primeras, os respondemos a continuación.

¿Con qué frecuencia? Hay varias posibilidades:

Esporádicamente: si tu alimentación en general es completa, variada, suficiente…, disfruta del que más te apetezca pues esto no va a tener mayor relevancia.

 A menudo, entonces sí que es conveniente atender al tipo de bocadillo, debido a la limitación que existe para contener verduras, principalmente. Pero sí que podemos hacer la ingesta más saludable, por ejemplo:

  • acompañándolo de una ensalada o de un gazpacho, y no olvidar la fruta del postre.
  • incluir el componente proteico que incluiríamos en un plato de comida cualquier día (huevo/tortilla, pescado, carne, queso, humus…).
  • eligiendo un pan de calidad: integral, masa masa, tradicional… (con esto me refiero al pan de barra frente a los panes especiales: de molde, de hamburguesa o hot dog, de leche…)

De todas formas actualmente hay infinitas posibilidad de preparar u obtener rápido comidas o cenas equilibradas (táper casero, algunas comidas preparadas de supers o establecimientos, etc)

Todos los días. No es habitual que se dé tal circunstancia, y si se da suele ser algo pasajero o temporal (por ejemplo un viaje). 

Imagina que tuvieras que comer o cenar todos los días de tu vida bocadillo.

  • Si lo que te preocupa es el peso, esta circunstancia no tendría por qué generar un aumento de peso. El peso, de nuevo, depende de la cantidad y calidad de comida que ingerimos en el conjunto de nuestra alimentación y  de nuestro estilo de vida (calidad del sueño, estrés, hábitos tóxicos, actividad física…)

Sin embargo…

  • podría suponer estar desplazando a otros alimentos que no tienen la posibilidad de ser consumidos en ese formato (legumbres, verduras, frutos secos…), por lo que nuestra alimentación no sería tan rica y variada.
  • y además, nos acabaríamos cansando si todos los días tuviéramos que comer de bocadillo, con el consecuente riesgo de dejar de comer suficiente y/o acabar picoteando. 

Éstos son los verdaderos motivos por los que se desaconsejaría.

  • EN RESUMEN:
  • La calidad nutricional del bocadillo no se mide por la cantidad de pan (que viene a ser lo mismo o incluso a veces menos que la fracción de carbohidratos que cuando comemos de plato), si no por la calidad nutricional de los ingredientes que contiene y el tipo de pan.
  • La calidad del bocadillo no es lo más importante cuando lo consumimos ocasionalmente. En ese momento lo que nos aporta calidad de vida es poder disfrutar del que nos apetece y del momento.
  • Cuando se trata de comida o cena, el bocadillo puede requerir ser complementado con otros componentes para que la ingesta sea como la de otros días y completa.
  • La versatilidad del bocadillo hace que pueda formar parte de cualquier ingesta. Podría representar la ingesta completa, una parte pequeña o mediana, según lo decidamos o nos apetezca.
  • ¿Qué nos aporta en un momento dado poder comer de bocadillo? Tiempo, variedad, flexibilidad…

CRISTINA GARCÍA TÉBAR. Dietista de Nutriemoción.

 

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