No hay una dieta específica para el primer trimestre de embarazo, pero sí alimentos a evitar y ciertos aspectos a conocer, entre ellos la sintomatología que puede complicar la nutrición de la mamá y el bebé. Te lo contamos.
La alimentación está en la primera línea de los cuidados que debe procurarse la mamá, tanto en el primer trimestre de embarazo como en el resto.
Pero esto es algo que la mayoría de las embarazadas saben, y desean hacerlo lo mejor posible. Lo que ocurre es que no siempre es fácil.
A lo largo de las primeras semanas de gestación nos vamos a encontrar con sintomatología característica que, si es muy intensa, puede suponer cambios en la alimentación de la mamá que podrían comprometer la salud bebé.
SINTOMATOLOGÍA PROPIA DEL PRIMER TRIMESTRE DE EMBARAZO
- Náuseas/vómitos.
Estos síntomas parecen estar relacionados con la hipersensibilidad olfativa. Este “superpoder” como lo llama el artículo del enlace tiene un sentido evolutivo muy claro. Al igual que en el resto de mamíferos, la naturaleza se asegura de que la mujer sabrá reconocer a su bebé después del parto gracias a su olor. La parte negativa es que se altera el gusto y pueden surgir estos síntomas.
Las náuseas no son un problema en sí mismas, pero cuando fuertes o frecuentes pueden interferir en la forma de alimentarse de la mamá (inapetencia, rechazo a algunos alimentos importantes para su nutrición, etc).
Con respecto a los vómitos, la rehidratación es fundamental y se valoraría algún tipo de medicación si fueran muy intensos y no remitieran con los siguientes consejos dietéticos (que servirían también para reducir las náuseas):
Evita las comidas abundantes (seguramente tu cuerpo de por sí las va a rechazar) y en su lugar come de manera fraccionada en 5, 6, incluso 7 tomas, o lo que es lo mismo, haz pequeñas tomas cada 2-3 horas. Esta última estrategia va a servir también en el tercer trimestre del embarazo cuando las digestiones se hacen más pesadas debido al volumen del feto que va a presionar el estómago. Las tomas intermedias o tentempiés pueden estar compuestas de fruta, frutos secos, fruta desecada, crudités (zanahoria, pepino, pimiento rojo crudo, tomates cherry…). Aquí encontrarás algunas ideas de aperitivos saludables
Ten en cuenta que los alimentos fríos son menos aromáticos que los calientes, y los hervidos o al vapor menos que los fritos o asados.
Recuerda que las preparaciones de difícil digestión y más grasas pueden favorecer estos síntomas, así que es mejor que la evites.
- Antojos.
Pueden responder a los cambios hormonales, pero también a determinadas carencias nutricionales o pueden aparecer frente a la ansiedad provocada por el giro tan importante que está a punto de dar la vida de la persona.
- Pirosis, reflujo, ardor
Esta sintomatología se debe al aumento de los niveles de progesterona durante la gestación, la cual induce la relajación del cardias. El cardias o esfínter esofágico inferior (EEI) en condiciones normales, mantendría en el estómago tanto los ácidos gástricos como el bolo alimenticio, impidiendo que vuelva hacia atrás. Sin embargo, al relajarse por efecto de la progesterona, no cierra adecuadamente y parte del contenido gástrico retrocederá al esófago (reflujo gastro-esofágico), generando esa molesta sensación de ardor.
El fraccionamiento de la comida cada 2-3 horas y en pequeñas cantidades puede ayudar a evitar el reflujo. Los alimentos muy grasos, especiados y ácidos y las bebidas gaseosas aumentan las secreciones ácidas del estómago, por lo que convendría limitarlos o evitarlos. Procura no acostarte hasta transcurrida 1 hora de haber comido y elevar la almohada.
- Estreñimiento y gases
De nuevo, un aumento de los niveles de progesterona en sangre sería el responsable de que se ralentice el tránsito intestinal debido a que induce la relajación de la musculatura lisa del tracto digestivo (afecta al peristaltismo), luego dando lugar a una mayor sensación de hinchazón, gases, estreñimiento y hemorroides.
¿Cómo prevenirlo? Mantente activa, bebe suficiente agua a lo largo del día e incluye en tu alimentación suficientes hortalizas, frutas, legumbres y cereales.
ALIMENTACIÓN EN EL PRIMER TRIMESTRE DE EMBARAZO
No hay una dieta específica para estos primeros meses ni para el embarazo en general. En principio se trataría de la misma alimentación saludable, de la que siempre hablamos y que se recomienda a la población general.
Rica en frutas y verduras, proteínas en forma de legumbres, pescados (blanco/azul), huevos, carnes blancas preferiblemente. Presencia de lácteos. Aceite de oliva virgen y otros alimentos que contienen grasas de calidad: aguacate, aceitunas, frutos secos… La flexibilidad también es importante. Atiende tus apetencias. ¿Te preocupa el peso? Te recomendamos este otro artículo de nuestro blog: “el peso en el embarazo”
Sí que nos gustaría destacar, para hacer hincapié en ellos, la importancia de la presencia de ácido fólico y yodo en los alimentos de la embarazada. El yodo va a evitar un posible hipotiroidismo materno o fetal (el bebé va a utilizar la hormona tiroidea de la mamá), discapacidad intelectual o retraso en el crecimiento. El ácido fólico ayuda a prevenir defectos neurológicos muy graves en el bebé como la anencefalia y la espina bífida.
- Alimentos ricos en ácido fólico: verduras de hoja verde, legumbres, frutos secos, frutas.
- Alimentos que aporten yodo : pescados, mariscos, sal yodada.
Todo esto, por supuesto, sin olvidar que hay determinados alimentos que debemos excluir de tu alimentación durante la gestación, por una cuestión de seguridad para ti y para el bebé. Aquí te dejamos la información: Alimentos a evitar y alternativas.
SUPLEMENTACIÓN EN LOS PRIMEROS MESES DEL EMBARAZO
La suplementación es fundamental en esta primera fase del embarazo porque las necesidades están aumentadas. Como decíamos no siempre es sencillo llevar una alimentación supercompleta en estos meses aunque se quiera por las distintas circunstancias. Se ha de hacer en todo caso bajo supervisión médica. Y OJO! No excluye lo dicho respecto a la alimentación, pues las dosis recomendadas de suplementación parten de la base de una alimentación equilibrada.
- Yodo (yoduro potásico)
- Ácido fólico
- Hierro y vitamina D si hay déficit.
Esperamos que este post te haya servido de ayuda para entender un poquito mejor el proceso que estás viviendo y te anime a cuidarte.
CRISTINA GARCÍA TÉBAR. Dietista de Nutriemoción