La dieta hiperprotéica, ¿ es segura a largo plazo?

Hace ya un par de décadas que, para adelgazar, se puso de moda la dieta hiperprotéica. En un determinado momento, uno de los ejemplos fue la dieta Atkins, y en estos momentos, las más famosas son la dieta Dukan o la dieta Pronokal.

Pero, ¿son seguras para nosotros? ¿qué le pasa a nuestro cuerpo cuando nos decantamos por una dieta hiperprotéica? ¿qué ocurre con esas proteínas?. Como nutricionista, me veo obligada a desvelaros los enormes problemas de este tipo de dieta.

Cómo reacciona nuestro cuerpo a una dieta hiperprotéica

dieta-hiperproteica-valenciaUn adulto sano con actividad física normal se estima que necesita entre 0,8 y 1g de proteína por kilo de peso al día. Toda la proteína que ingiramos que se pase de la que necesitemos la vamos a eliminar, ya que al contrario que las grasas, las proteínas no se almacenan.

Al oxidarse se crea el grupo amonio, que el hígado tiene que transformar en urea (ya que el grupo amonio es más tóxico). Para eliminar esa urea, los riñones la tienen que filtrar para tirarla con la orina.

Este proceso es normal, y con una cantidad adecuada de proteína no hay más problema, pero cuando tomamos un exceso, ahí ya se complica la cosa. Esto es lo que ocurre con la dieta hiperprotéica.

La sobrecarga de riñones/hígado con la dieta hiperprotéica

dieta-hiperproteica-dietistasLos riñones (al igual que el hígado), están trabajando mucho más de lo que deberían, por lo que aumenta el riesgo de padecer una patología renal

Además, para eliminar esa urea, hace falta producir orina, por lo que se elimina a su vez más agua y electrolitos, con lo que aumenta el riesgo de deshidratación.

Y no solo eso, para eliminar la urea también vamos a necesitar fosfato (concretamente fosfato cálcico), que puede provenir o bien de la dieta, o bien del propio hueso, por tanto, aumenta el riesgo de desmineralización y fracturas.

Otras consecuencias de la dieta hioerprotéica

Debido a lo que hemos explicado en el párrafo anterior, el pH de la sangre cambia y se produce cetosis en el cuerpo.

Esta cetosis (que si bien es cierto puede cursar con una pérdida de peso) viene con otros efectos como halitosis, pérdida de apetito, insomnio o dolor de cabeza.

También hay que tener en cuenta de dónde vienen esas proteínas. En este tipo de dieta abundan los alimentos de origen animal, que dejando de lado lo poco sostenible medioambientalmente ( los nutricionistas,  además de intereses médicos, también podemos tener inquietudes ecologistas) que es este consumo tan elevado, viene acompañada de grasa saturada, colesterol y poca fibra y ciertas vitaminas.

Y por última, no nos podemos olvidar del famoso efecto rebote que viene dado en este tipo de dietas que sucede al abandonarlas, que siempre se suele dar ya que no son muy sostenibles a largo plazo (¿quién va a evitar para siempre unas tostadas con tomate o un plato de lentejas con patata?).

 

Laura Guillem

NUTRIemoCION

Nutricionistas Valencia

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