Recientemente publicamos este artículo sobre productos light en el que tratamos de desmontar los mitos de que “no engordan” o “adelgazan” y “son más saludables”. 

Esto no es así, y es necesario que la población general lo sepa. Y sí, tener la nevera y la despensa repleta de productos light, suele ser indicativo de que la persona no tiene una muy buena relación con la comida. 

Sin embargo, eso no significa que ciertas personas no puedan beneficiarse de la presencia de estos productos en el mercado. 

¿En qué casos puede ser interesante la inclusión de determinados “productos light” o “reducidos en”?

  • Las personas que deben limitar mucho las grasas por un problema de salud, pueden beneficiarse de determinados productos reducidos en grasa como los yogures o los quesos frescos 0%. Es el caso de personas con colesterol alto, hígado graso o que se les han extirpado la vesícula biliar, siempre y cuando así lo aconseje su médico.
  • Las personas con hipertensión también pueden beneficiarse de los productos bajos en sal 
  • Las personas con Diabetes mellitus (DM) deben vigilar el consumo de azúcares, por lo que, en general, los productos sin azúcares añadidos son muy interesantes para ellos. Sin embargo, el mejor consejo para esta población sería, al igual que para la población general, no tanto que se pasen a los productos edulcorados sino que se pasen a una alimentación equilibrada, y tener en cuenta, por supuesto que:

En DM tipo I, el consumo de cualquier dulce con azúcar debe ir precedido de la dosis de insulina correspondiente, a no ser que se consuman como respuesta a una hipoglucemia.

En DM tipo II, si en algún momento se consume un alimento dulce que contenga azúcar, debe ser en muy pequeña cantidad y siempre tras una comida o cena (no entre horas), para no provocar un pico de azúcar. En cualquier caso, se deben reducir al mínimo. Al igual que en el caso anterior, podría estar indicado para corregir una hipoglucemia.

  • En el caso de las personas con sobrepeso u obesidad, es conveniente conocer qué les ha llevado a esa situación y las consecuencias en la salud física y psicológica que han podido derivar.  Teniendo esto presente, el abordaje suele ser a través de educación alimentaria y/o terapia psicológica. No se le tienen por qué pautar alimentos light necesariamente a una persona con exceso de peso, aunque pueden ser interesantes en algún momento dado. Tendría que valorarse personalmente la conveniencia o no y, en su caso, la frecuencia y cantidad. 

¿Por qué la despensa/nevera de una persona sana no debe estar repleta de “productos light” o “reducidos en”?

  • Podría darse un desequilibrio nutricional o déficit energético cuando, por ejemplo, la persona busca directamente reducir el aporte calórico de la ingesta a través del consumo de estos productos.
  • Algunos productos sustitutivos (por ejemplo edulcorantes artificiales/sustitutos de las grasa) en excesos pueden ser perjudiciales, entre otras cosas, al alterar el equilibrio de nuestra microbiota.
  • El consumo habitual de este tipo de productos con mucha frecuencia genera el efecto contrario: se acaba comiendo más (variedad o cantidad) al pensar que “tienen menos calorías” que si se tratara del la versión clásica y original del alimento. Existe la sensación consciente o inconsciente de que “me lo puedo permitir” o “puedo comer más” (p.e. mayonesa light).También uno puede tender a pensar que se puede permitir otros alimentos de mayor aporte energético (p.e. dulces, snacks…) porque “lo que he comido antes o lo que voy a comer después es un producto light, por lo que se compensa”. Se tiene la creencia de que son  productos adelgazantes o que no engordan prácticamente nada. Nunca está de más recordar que un alimento no engorda o adelgaza por sí mismo, hemos de valorar el conjunto de su alimentación. 

Nunca será un problema consumir algún alimento bajo en calorías de vez en cuando, el problema suele venir cuando es la norma.

CRISTINA GARCÍA TÉBAR. Dietista de Nutriemoción.

Llámanos
Cómo llegar