Está muy extendida la creencia de que el plátano engorda, que tiene muchas calorías, y que destaca sobre las demás a la hora de “engordarnos”, por eso lo tenemos que prohibir en dietas para perder peso. Pero, ¿cuánto de eso es verdad?
A pesar de que como nutricionista no me gusta mucho hablar de calorías, sino de calidad de éstas, en este caso haré una excepción para comparar lo que el plátano engorda y lo que engorda una manzana (entendiendo por engordar las calorías que nos aportan, ya que en verdad sería otro concepto, pero para que nos entendamos).
Comparación del plátano y la manzana
Si entramos en la web del BEDCA para consultar las calorías, podemos comprobar que por 100g de alimento, el plátano tiene unas 89 Kcal y la manzana unas 50 Kcal. Pero ambas frutas no tienen el mismo peso ni la misma parte comestible. Si le quitamos la cáscara al plátano, comprobamos que pesa unos 90g (este en particular), mientras que la manzana si le quitamos el corazón obtenemos unos 120g (en este caso la manzana es más bien tirando a pequeña).
Si hacemos los cálculos, este plátano nos aportaría 80 Kcal y esta manzana 60 Kcal (que como he dicho, ésta en particular es bastante pequeña, una manzana más grandecita nos aportaría unas 80 Kcal también).
Entonces, ¿el plátano engorda?
El plátano nos aportará calorías, como cualquier fruta, pero no podemos decir que sea un alimento denso en calorías ni que destaque en energía aportada sobre otras frutas.
Si sólo tenemos en cuenta la tabla de composición de alimentos, podemos cometer el error de pensar que tiene más, pero tenemos que pensar que no es lo mismo por 100g que por ración. Si consideramos la porción comestible y la ración, vemos que el plátano es tan solo una fruta más.
Conclusión
Podemos concluir que decir que el plátano engorda es un mito, nada que ver con la realidad. Lo importante es comer fruta, mínimo 3 raciones al día, sin importar qué fruta sea ni el momento del día que nos la comamos (recordar la famosa campaña de mínimo 5 raciones de fruta y verdura al día)
Además, como hemos comentado en un primer momento, no se trata solo de las calorías, sino de la calidad de estas calorías. Podemos encontrar muchos ejemplos de alimentos que son más ricos en calorías pero que son sanos, como los frutos secos o el aceite de oliva.