Cada día son más las personas que llegan a la consulta de nutrición preocupadas por una alimentación sostenible. Además de querer comer de forma saludable, lo quieren hacer de manera responsable medioambientalmente, reduciendo nuestra huella de carbono.

Qué es una alimentación sostenible

Lo que comemos influye mucho en el medio ambiente, y con una alimentación sostenible, lo que buscamos es minimizar el impacto ecológico de nuestra comida.

Hay varias formas de pasarse a una alimentación sostenible, o al menos, disminuir las emisiones que general nuestra comida. En este artículo, vamos a hablar de algunas trucos para mejorar esta situación.

Piensa global, come local

Una buena parte de las emisiones que general nuestro estilo de alimentación aparecen en el transporte de los alimentos. Cuanto más cercanos, menos emisiones. Sobre esto hay varias iniciativas que impulsan el comercio local, así como restaurantes de km0 y el famoso “slow food”.

Cada día se suman más restaurantes y bares a la iniciativa, pero es más importante lo que consumimos día a día.

Esta iniciativa está bastante extendida, y sería una adaptación alimentaria del famoso “think global, act local” (piensa global, actua local).

Alimentos de temporada

Los alimentos de temporada son los más respetuosos con el medio ambiente, sin necesidad de invernaderos. Si nos interesa este tema y queremos obtener más información, recomiendo el documental de unos jóvenes franceses llamados “colectivo Le Tatou” donde explica qué ocurre cuando queremos consumir, en este caso en concreto, tomates durante todo el año.

Envoltorios; evitar tanto plástico

Si queremos disminuir nuestros residuos, una parte importante es disminuir el uso de plástico. Muchos de los alimentos o productos que compramos tienen una cantidad exagerada de envoltorio de plástico. Intentando comprar más a granel, con cestas en vez de bolsas y procurando evitar alimentos ultraprocesados (que suelen venir con varios envoltarios de plástico para el mismo producto), estaremos ayudando al medio ambiente y a reducir nuestros deshechos.

No hay que olvidar tampoco el agua. El agua embotellada es una gran fuente de desperdicio de plástico. Usando botellas reutilizables (que ahora hay muchos modelos muy chulos) para llevarlas al trabajo, gimnasio, etc. estaremos ayudando al medioambiente.

Alimentación sostenible = consumidor responsable

La oferta de tantos alimentos fuera de temporada, de otros países (en ocasiones de la otra parte del mundo) con envoltorios de plástico es abundante. A pesar de ello, como consumidores, tenemos también responsabilidad al crear la demanda.

Si queremos contribuir a un mundo mejor para nosotros y para los que vienen detrás, podemos intentar seguir varias de estas pautas. Todo pequeño gesto cuenta. Además lo más probable es que con el cambio salgamos ganando el salud, consumiendo gran cantidad de fruta y verdura local de temporada.

Ahora hay supermercados de alimentación local, grupos de consumo, etc. que nos pueden hacer esta tarea más fácil.

 

Laura Guillem Molina, dietista nutricionista en NUTRIemoCIÓN (Valencia)

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