El peso, en el embarazo, es una cuestión que preocupa bastante, tanto a muchas de las futuras mamás como a los sanitarios. La preocupación excesiva por esta cuestión, más allá de favorecer, puede llevar a las mamás a conductas extremas y preocupantes que pueden repercutir en el bebé.
El embarazo está lleno de sorpresas y cambios. Lo ideal es prepararse con tiempo para estos meses, pero no siempre es posible. Así que, si acabas de recibir la noticia y no la esperabas, lo mejor es mirar hacia adelante. Independientemente del momento de salud en el que te encuentres (estado nutricional, estado de forma, tu peso…) arranca un ilusionante camino de autocuidados y mimos para ti y para el/la bebé.
Aunque la mayoría de las mamás son muy conscientes de la importancia de la alimentación para su pequñ@, a menudo surgen planteamientos extremos y preocupantes:
- RESTRINGIRSE PARA NO COGER MUCHO PESO
Hacer dieta está completamente contraindicado en cualquier momento del embarazo, ya que genera déficits nutricionales y estrés a la mamá, que acaba sufriendo el bebé. La mayoría de las dietas son restrictivas y rígidas. Sin embargo, todos los nutrientes, en su correspondiente medida, son imprescindibles durante la gestación para un correcto desarrollo del feto, desde el agua hasta los carbohidratos y desde las vitaminas hasta las grasas. Además, nuestra ingesta ha de ser saludable pero también flexible, permitiéndonos comer alimentos también de baja calidad nutricional si nos apetecen para no generar mayor deseo por ellos. En el embarazo, como ya sabéis, están a la orden de día los “antojos”.
No hay una cifra determinada de peso que sea la recomendable aumentar semanal o mensualmente. Cada mujer parte de un punto y lleva un proceso distinto, por lo que de nada sirven las comparaciones, que solo llevan a la preocupación y a la obsesión, y de nuevo afectan a la vida que llevamos dentro. Se ha de tener en cuenta que algunos cambios en nuestra imagen corporal en los primeros meses pueden estar relacionados con los cambios hormonales (por ejemplo, el aumento del tamaño de los senos, o la retención de líquidos), y no tienen nada que ver con un aumento de peso.
En ocasiones son las propias mamás las que se autoimponen determinadas cifras de peso en el embarazo, y en otras ocasiones se obsesionan debido a las regañinas que les propinan los profesionales sanitarios en las visitas de seguimiento. Desde aquí hacemos un llamamiento a la prudencia por parte de nuestros colegas. Delicadeza, información y apoyo es la mejor ayuda.
- DARSE PERMISO PARA COMER LO QUE QUIERA
Darse permiso para comer mucho es otro error que, de manera consciente o inconsciente, cometen algunas embarazadas. Comer por encima de las necesidades propias del embarazo puede dar lugar a complicaciones como diabetes gestacional, preeclampsia, parto prematuro, etc. No es fácil llevar una alimentación correcta durante estos primeros meses, debido a la sintomatología, a los antojos, a que cambian los patrones de hambre y saciedad, se pueden alterar los horarios, las rutinas… A todo esto se unen las intensas emociones que se viven en estas etapas, que muchas personas no encuentran otra manera de manejarlas fuera de la comida. Si te resulta complicado lo mejor es que pidas consejo a un dietista o nutricionista que te pueda ayudar a manejar el comer emocional.
LA ACTIVIDAD FÍSICA EN EL EMBARAZO
Debido al cansancio o al miedo a que tenga alguna repercusión en el feto, muchas mamás abandonan el ejercicio físico durante la gestación. Así como la alimentación saludable, los ejercicios aeróbicos y de fuerza son también muy interesantes especialmente en las primeras etapas. Una embarazada que se mantenga físicamente activa puede hacer que disminuya su riesgo de padecer diabetes gestacional, dolor de espalda, preeclampsia, complicaciones en el parto, etc. además de favorecer su propio estado de ánimo y la salud a su bebé.
- ¿Cuándo deja de ser saludable?
Es obvio que determinadas actividades o de mucha intensidad, no son adecuadas durante el embarazo, por una cuestión de movilidad y de seguridad para el feto. Aparte de esto, hay mujeres que, en la misma línea de lo que comentábamos anteriormente, recurren al ejercicio físico para compensar lo que consideran que han comido en exceso, llegando a desatender la señales que envía su cuerpo para descansar. Esto es más habitual en mujeres con trastornos alimentarios, y es también muy preocupante, por lo que se aconseja buscar lo antes posible ayuda profesional (psicológica y nutricional).
El cansancio y la necesidad de dormir más de lo habitual es algo común en todos los embarazos, desde el inicio de la gestación, debido a los cambios hormonales y a que el cuerpo está trabajando a tope. Es bueno escucharnos y atendernos. Lo ideal es que el sueño nocturno sea reparador, pero también está bien hacer una minisiesta durante el día, si lo necesitas. Si el nivel de cansancio es excesivo y no están habiendo conductas patológicas, habría que consultar al médico para comprobar que todo va bien y no se ha producido ningún déficit o alteración.
CRISTINA GARCÍA ´TÉBAR. Dietista de Nutriemoción.