Si tienes colesterol, seguramente te habrán dicho en más de una ocasión que ni se te ocurra comer huevo porque tiene mucha grasa saturada y colesterol. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en esta advertencia?, ¿está justificada como para eliminarlo de la dieta de una persona con colesterol?
Nutrientes que aporta un huevo
Lo primero que nos interesa señalar del huevo es que contiene proteína de un alto valor biológico (es la proteína de referencia de Europa) y que, además, es un alimento bajo en calorías, dado que aporta 150 kcal por casa 100 gr. Por otro lado, como todos los alimentos de origen animal aporta también valiosas vitaminas que son liposolubes en la yema, y también interesantes minerales, entre ellos, cinc, calcio, fósforo… Contiene, asimismo, vitaminas del grupo B. Por todo ello, podemos concluir que es un alimento muy nutritivo del que sería una lástima prescindir en una alimentación equilibrada sin necesidad.
Datos sobre la grasa del huevo
Si consultamos el tipo de grasa que contiene el huevo en el Bedca (Base de datos Española de composición de los alimentos), podemos comprobar que la mayor cantidad de grasa que aporta el huevo es la llamada grasa monoinsaturada. La grasa monoinsaturada es grasa saludable, como la del aceite de oliva. También contiene grasas saturadas pero en menor cantidad. No hay presencia, obviamente, de las llamadas grasas trans (más industriales). Las personas que tienen el colesterol alto deben evitar fundamentalmente éste último tipo de grasa.
Un huevo pesa alrededor de 55 gr., por lo tanto, aporta unos 200 mg de colesterol pero, cuando ingiero un huevo, eso no quiere decir que mi colesterol suba directamente a 200mg/dl de sangre, porque el colesterol no se absorbe totalmente, gracias a la lecitina del huevo lo que se absorbería sería alrededor de 70 mg. De hecho, sólo un tercio del colesterol de nuestro cuerpo viene de la alimentación, los otros dos tercios son producidos por nuestro propio organismo.
Hay alimentos con mucha mayor grasa saturada que el huevo, como toda la gama de embutido, determinadas carnes como chuletas, panceta o bacon. Estos alimentos, ingeridos con frecuencia, subirán nuestro nivel de colesterol mucho más que el huevo. De hecho, se ha comprobado que tiene mucha mayor influencia en el colesterol sanguíneo el tipo de grasa que consumimos que el colesterol ingerido en sí.
Huevo y problemas cardiovasculares
La realidad es que las probabilidades de padecer problemas cardiovasculares no varían entre las personas que consumen un huevo diario y las personas que consumen dos o tres a la semana. Esto es debido a que lo que realmente importa es la cantidad global de ingesta de grasa saturada e insaturada al día.
Grasas trans
De entre todas las grasas, hay grasas que provocan problemas sin aportar beneficios para el organismo: son las llamadas grasas trans. Las grasas trans podemos encontrarlas principalmente en toda la gama de pastelería, panadería y bollería industrial. También la hallamos en la cocina pre-cocinada. Nunca en comida real.
¿Alimentos prohibidos?
Sin embargo, esto no quiere decir que no podamos comernos un pastel, algo de embutido, tarta de cumpleaños o algún croissant. A todos nos gusta darnos un capricho de este tipo de vez en cuando. Lo inadecuado sería consumo elevado y a diario. Es importante distinguir entre consumo diario y ocasional.