La resistencia a la insulina es una alteración metabólica que consiste en que una hormona llamada insulina no puede ejercer su función en las células, lo cual provoca una serie de consecuencias que a continuación os contaré.
¿QUÉ ES LA INSULINA?
La insulina es una hormona que segrega el páncreas y cuya función en el organismo, entre otras, es mantener a raya los niveles de glucemia, es decir, de “azúcar” (glucosa) en sangre.
Lo que hace es unirse a unos receptores que tienen las células en la membrana exterior que las envuelve, y actúa a modo de “llave” que abre la puerta de entrada de la glucosa al interior de las células. La glucosa en el interior celular se utiliza como fuente de energía o se almacena en forma de glucógeno, según el caso.
¿EN QUÉ CONSISTE LA RESISTENCIA A LA INSULINA?
Cuando aparece resistencia a la insulina, esta hormona no puede ejercer su acción en las células debido a que los receptores de la membrana no se lo permiten o no la reconocen. Debido a esto, la glucosa no puede penetrar en las células, por lo que permanece en sangre. Al detectar esto, el organismo interpreta que no hay suficiente insulina y entonces encarga al páncreas la producción de más hormona . Esta nueva ola de insulina llegará a más “cerraduras” y por lo tanto aumentarán las probabilidades de que entre glucosa en los tejidos.
Inicialmente esta circunstancia no se detecta ni en una analítica, pues la glucemia es normal o prácticamente normal, ya que el exceso de insulina generado ha permitido introducir toda la glucosa.
Pero con el paso del tiempo, generalmente años, el páncreas puede “agotarse” de producir tanta insulina y entonces sí pueden aparecer niveles más altos de glucosa en sangre, lo que podría marcar el inicio de algunas patologías.
Las personas que la sufren no suelen detectarla, pues no da síntomas hasta pasado el tiempo. ¿Qué puede hacer sospechar? Se suelen observar, entre otras cosas, tendencia a coger peso, cansancio, necesidad de comer incluso tras una ingesta, y en casos avanzados signos cutáneos como la acantosis nigricans.
¿QUÉ PUEDE DERIVARSE DE LA RESISTENCIA A LA INSULINA?
La resistencia a la insulina puede dar origen a una prediabetes, o incluso a una diabetes tipo II si no se ha detectado a tiempo. Estas patologías, hay que decir, se desarrollarían cuando a la resistencia a la insulina se añade algún otro factor o factores de riesgo como el hecho de tener antecedentes familiares, ser mayor de 45 años, tener sobrepeso/obesidad, hipertensión arterial, etc.
La resistencia a la insulina también puede estar detrás de un síndrome de ovario poliquístico (SOP).
También pueden aparecer niveles altos de colesterol y triglicéridos, e hipertensión arterial, a consecuencia de una resistencia a la insulina.
¿Y QUÉ PUEDE DAR ORIGEN A UNA RESISTENCIA A LA INSULINA?
Las causas no están claras todavía. Lo que sí se conocen son los factores de riesgo de padecer esta alteración:
- Genética
- Obesidad
- Sedentarismo
- Mala alimentación
- Estrés
- Privación de sueño
¿CÓMO PODEMOS EVITAR UNA RESISTENCIA A LA INSULINA O PONERLE SOLUCIÓN?
En cuanto a la prevención, no hay una pauta alimentaria concreta, pues existen mil maneras de comer bien, como ya sabéis si seguís nuestro blog y nuestras redes sociales (instagram y facebook). Además, influyen mucho los hábitos y el estilo de vida (ser una persona físicamente activa, descansar suficiente, evitar estrés, alcohol y tabaco…)
Si se presenta una resistencia a la insulina, la solución estaría en tratar de evitar que el páncreas se vea en la necesidad de producir una cantidad elevada de insulina. En este caso además de dormir suficiente y evitar el estrés y el sedentarismo, es tan importante no comer en exceso como evitar las dietas hipocalóricas. En el plano alimentario podríamos tener en cuenta, especialmente, estos puntos:
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- Tener en cuenta el índice glucémico (IG) de los alimentos que contienen carbohidratos, a la hora de preparar y organizar nuestras comidas. Los alimentos, aunque tengan idéntica cantidad de carbohidratos, actúan elevando las cifras de glucosa en sangre de forma diferente. Estas diferencias son las que determinan IG de cada alimento. Cuanto mayor sea el IG de un alimento, mayor y más rápido será el aumento de la glucosa sanguínea tras su ingesta. Esto no solo depende de la composición del propio alimento. Es tan importante como la composición, la forma de presentación o preparación (triturados/enteros, más o menos cocidos, etc.), y la interacción con los demás alimentos presentes en la ingesta, entre otras cosas.
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- Presencia de grasas saludables (aceite de oliva virgen) y alimentos que las contienen (aguacate, aceitunas, frutos secos, semillas, pescados azules…)
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- Abundancia de frutas y verduras, sin llegar a desplazar, por supuesto, otros componentes de la ingesta, como son las proteínas.
Tu médico podría valorar la necesidad de suplementación con myo-inositol, o indicar la toma de metformina u otro medicamento. ¿Qué efectos tienen? El myo-inositol mejora la resistencia a la insulina al comportarse como un sensibilizador de receptores de insulina. La metformina reduce la glucosa en plasma postprandial (tras la ingesta) y basal, mediante 3 mecanismos: en el hígado reduce la producción hepática de glucosa, en el músculo incrementa la sensibilidad a insulina y en el intestino retrasa la absorción intestinal de glucosa.
Esperamos que esta información te haya servido para entender esta alteración que desgraciadamente es bastante frecuente en la población.
CRISTINA GARCÍA TÉBAR. Dietista de Nutriemoción.